Los científicos están impresionados de cómo la isla puede seguir en píe desde la erupción volcánica que la crease en 2014
En 2014, una erupción volcánica en el océano pacífico provocó una explosión tan grande que generó terreno firme. Como todos sabemos, la mayoría de las islas de los archipiélagos de Oceanía fueron creadas por erupciones volcánicas. Cuando estas erupciones suceden, por lo general no suelen dejar rastro, pero tras la enorme explosión y tras desaparecer la enorme nube de humo, el fenómeno dejó tras su paso una nueva isla.
Al nuevo suelo rodeado de mar se le llamó Hunga Tonga-Hunga Ha'apai. Es el nombre de la isla que creció en 2014 tras la erupción volcánica. Pese a generarse este nuevo terreno, los expertos geólogos preveían que la isla desapareciese un tiempo después. Sin embargo, tres años más tarde, la isla sigue en píe.
La isla de Hunga Tonga-Hunga Ha'apai se encuentra a unos 650 kilómetros al sureste de Fiji, en el océano Pacífico. La dimensión de la isla es de en torno a un kilómetro y medio de largo y la composición de la roca que la forma es de una dureza difícilmente encontrable tras una erupción volcánica.
Los turistas que se encontraban en la zona a bordo de barcos de entretenimiento consiguieron filmar en 2014 la erupción volcánica. La nube de humo que se generó obligó a numerosos vuelos a ser desviados, pero lo que nadie esperaba es que la erupción dejase una isla tas su paso.
Distintos grupos científicos están realizando análisis varios de cómo se formó la isla. Por un lado, a través de satélites se está intentando recabar datos de su formación y su composición. Por otro lado y ya desde el laboratorio, los científicos toman muestras de la roca que cubre la isla para analizarla. Este tipo de roca es mucho más resistente de la que los volcanes dejan a su paso con normalidad por lo que los análisis químicos sobre las muestras de rocas pueden revelar los secretos de la isla. Se cree además que la isla puede desvelar secretos de las formaciones de terreno existentes en lugares como Marte.
En cualquiera de los casos, la mayoría de los científicos siguen pensando que la dureza de la roca no será suficiente como para mantener la isla en píe durante mucho tiempo más por lo que se apresuran para tomar las medidas concretas que les ayuden a entender cómo ha sucedido este fenómeno.