Realizamos un análisis de las velocidades de distintos tipos de discos duros y las conexiones más utilizadas en el mercado

A la hora de comprar un disco duro es importante tener en cuenta cuál es el propósito para el que lo queremos y cuál es el rendimiento que le podemos sacar. La velocidad de lectura y escritura es muy importante a la hora de elegir una unidad de disco, sobre todo si queremos utilizarla en numerosas ocasiones o queremos mejorar el rendimiento de nuestro PC. Además, es algo que no se tiene muy en cuenta a la hora de adquirir un disco duro y miramos sobre todo su capacidad.

Existen multitud de tecnologías en el mercado pero en ocasiones no conocemos el detalle de lo que nos ofrece cada una y acabamos comprando un producto que nos es de poca utilidad. Con esta guía conocerás las distintas tecnologías existentes, sus versiones y podrás valorar cuál de ellas son más apropiadas para lo que estás buscando.

HDD y SSD

Los discos duros convencionales o HDD son aquellos que utilizan partes mecánicas para mover un disco el cual es leído y escrito magneticamente. Por otro lado la tecnología de las unidades SSD ofrece una arquitectura basada en memorias NAND. Son celdas de memoria que pueden ser accedidas para lectura y escritura permitiendo un acceso mucho más rápido que en los discos duros convencionales.

Los discos o unidades de almacenamiento SSD son mucho más rápidas que los HDD convencionales y por tanto más caras. Mientras que 1 TB de un disco HDD nos puede costar en torno a 50 €, una unidad de 1 TB SSD puede llegarnos a costar hasta 300 €.

Las operaciones de escritura suelen ser más complejas que las de lectura por lo que el tiempo de acceso en modo escritura suele tardar un poco más. Esto afecta a ambos tipos de discos.

Las diferencias en el rendimiento de ambas tecnologías es importante. Los discos duros convencionales o HDD tienen una velocidad de lectura de entorno a 128 MBps, y una velocidad de escritura de 120 MBps. Por otro lado, las unidades SSD pese a tener diferencias entre unos modelos u otros de distintos fabricentes tienen velocidades de acceso de entorno a 550 MBps en modo lectura y 520 MBps en modo escritura.

SATA II y SATA III

Las conexiones SATA son las más utilizadas en el mercado y se encargaron de retirar las antiguas conexiones IDE de las placas base de los PCs del hogar y la oficina. Con la aparición del conector SATA se mejoró el rendimiento de las unidades de disco y se permitía conectar más cantidad en menos espacio.

Las conexiones SATA II y SATA III son las más habituales en el mercado actualmente. Poco a poco dejaremos de ver puertos SATA II en las placas base pero todavía existen en muchos equipos y por ejemplo las consolas de última generación como Playstation 4 o Xbox One utilizan estos puertos para conectar sus discos duros internos.

El puerto SATA II ofrece una velocidad de acceso a disco de en torno a 3 Gbps (en torno a 375 MBps) mientras que el puerto SATA III ofrece una velocidad del doble: 6 Gbps (en torno a 750 MBps).

Conectores y cables SATA en una placa base

Sabiendo esto y conociendo las capacidades de los discos HDD y SSD tendremos que un disco HDD no es realmente interesante si tenemos un puerto SATA III ya que se comportará como un cuello de botella. Por otro lado, los SSD se verán beneficiados si los conectamos en puertos SATA III ganando bastante velocidad, mientras que si los usamos en puertos SATA II el propio puerto será el cuello de botella y no conseguiremos aumentar tanto su eficiencia.

Puertos USB 2.0, USB 3.0 y USB 3.1

Los puertos USB tienen distintas versiones de las cuales podemos encontrar en el mercado USB 2.0, USB 3.0 y USB 3.1. Además, existen versiones USB 3.1 gen 1 y gen 2. Estas versiones realmente son equivalentes a la USB 3.0 y USB 3.1 respectivamente.

Cada una de estas versiones ofrecen velocidades de transferencia de datos distinta, de la misma manera que los puertos SATA:

  • USB 2.0: En torno a 480 Mbps (35 MBps).
  • USB 3.0 o USB 3.1 gen 1: En torno a 5 Gbps (300 MBps).
  • USB 3.1 o USB 3.1 gen 2: En torno a 10 Gbps (1,2 GBps).

En la práctica la diferencia de utilizar un disco duro externo conectable por USB dependerá de si el disco es SSD o si es HDD. Realmente no tendría sentido utilizar un disco HDD en discos duros externos que se conectasen a través de la interfaz USB 3.1 o USB 3.1 gen 2 ya que no aprovecharían el ancho de banda que le ofrece. Únicamente tendría sentido utilizar dicha interfaz con unidades SSD. Por otro lado, si tuviesemos una unidad SSD conectada a través de una interfaz USB 3.0 o USB 3.1 gen 1 veríamos que perdemos velocidad con respecto a la anteriormente mencionada.

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