Las acciones de la compañía se resienten durante el mes de noviembre tras la polémica con Star Wars Battlefront II

Tras la gran polémica generada tras la publicación de Star Wars Battlefront II y su sistema de progresión, la duda ha crecido entre los accionistas de muchas de las grandes empresas del sector sobre todo aquellas que introducen micropagos en sus videojuegos. El caso de Electronic Arts ha llegado a las altas esferas, instando incluso a las comisiones de juego a investigar medidas para regular las publicaciones de la industria.

El golpe ha sido duro para Electronic Arts que a parte de ver cómo Star Wars Battlefront II no ha conseguido los objetivos de venta en la semana de lanzamiento, ahora ve como sus acciones se resienten. Los valores de EA en el índice norteamericano NASDAQ han decrecido un 12% desde primeros de noviembre. El mes ha sido bastante negro para la compañía, generando unas pérdidas de en torno a 3,000 millones de dólares en el valor de sus acciones.

Acciones de Electronic Arts en el NASDAQ durante el mes de noviembre

Acciones de Electronic Arts en el NASDAQ durante el mes de noviembre

Este no es el caso de la compañía poseedora de los derechos de la saga creada por Lucas Arts. Disney no ha visto caer su valor en bolsa y durante el mes de noviembre éste no ha hecho más que crecer. La razón de esto puede estar en la proximidad en fechas del estreno de la nueva entrega de Star Wars en el cine, Star Wars: Los últimos Jedi.

Acciones de Disney en el índice NYSE durante el mes de noviembre

Acciones de Disney en el índice NYSE durante el mes de noviembre

Wall Street está confusa por la situación y no depara nada bueno, sobre todo porque el caso de Star Wars Battlefront II es tan solo la primera capa de extraída. Detrás de los mecanismos criticados tras el juego de Electronic Arts hay otros muchos títulos en el mercado, sobre todo en el ámbito de los dispositivos móviles. Por esta razón la preocupación en el sector es bastante alarmante ya que el negocio puede resentirse si se toman medidas por las adminstraciones públicas de los países, los organismos reguladores de los sistemas de clasificación de videojuegos o las comisiones de juegos de azar.

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