Nuestro país no ha estado exento de incidentes nucleares. Dos han sido los más relevantes y criticados por las asociaciones en contra de la energía nuclear.
Muchos han sido los incidentes nucleares registrados a lo largo del mundo y desde que se comenzase a utilizar la energía de los átomos para generar electricidad. Repasamos cuáles han sido los incidentes más graves dentro de la geografía Española.
Los incidentes más graves se registraron en las centrales nucleares de Vandellós. El complejo energético de Vandellós está localizado en el municipio de Vandellós y Hospitalet del Infante, en la provincia de Tarragona. Consta de dos centrales nucleares y aunque se planeó construir una tercera central, ésta nunca llegó a construirse. Vandellós I comenzó a funcionar en 1972 y tras 17 años de actividad su desmantelación comenzó a producirse de la mano de Enresa. Vandellós II, comenzó su actividad en 1988. Es actualmente propiedad de Iberdrola y Endesa con participación mayoritaria de la primera empresa energética. Esta segunda central ha registrado dos incidentes graves que no han hecho detener la producción de energía eléctrica por el momento.
El accidente nuclear registrado en Vandellós I tuvo lugar el 19 de octubre de 1989, día en el cual se produjo un incendio que provocó la emisión de radiactividad hacia el exterior del recinto. El incidente está catalogado como grave (nivel 3) dentro de la Escala Internacional de Accidentes Nucleares. El incendio se produjo en el generador eléctrico, dentro de la sala de turbinas, debido a un fallo mecánico. Este incidente produjo la inundación por agua de mar del reactor nuclear lo que desencadenó que numerosos sistemas de seguridad quedasen inoperativos. Tras la resolución del incidente, los sistemas de seguridad de la central no llegaron a recuperarse completamente y el Ministerio de Industria y Energía decidió suspender el permiso de explotación de Vandellós I hasta que se corrigieron los problemas encontrados. Debido al alto coste para corregir las irregularidades encontradas, la empresa propietaria de la central decidió su cierre y desmantelación. Actualmente, la central se encuentra en la segunda fase de desmantelación.
Vandellós II, situada en las cercanías de Vandellós I, ha sufrido dos incidentes durante su periodo de funcionamiento. El primero tuvo lugar en agosto de 2004 y se debió a la corrosión del sistema de refrigeración de la central. Este fue clasificado dentro del nivel 2 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares debido a que provocó la exposición a los trabajadores de la central de radiación que excede los límites legales anuales. En el año 2006 las empresas propietarias de la central fueron multadas con 1,6 millones de euros por este incidente. El segundo incidente fue un incendio que duró dos horas y tuvo lugar el 24 de agosto de 2008. El incendio se produjo en el edificio de turbinas por un fallo eléctrico y duró solo dos horas pero provocó que el reactor nuclear se detuviese y la central quedase desconectada de la red eléctrica. Aunque no tuvo trascendencia en materia de seguridad, el incidente activó el plan de Emergencia Nuclear de Tarragona y fue clasificado dentro del nivel 0 de la Escala Internacional de Accidentes Nucleares.
También dentro de la comunidad autónoma de Cataluña, tuvo lugar un incidente grave en la central nuclear de Ascó, localizada en la localidad que lleva el mismo nombre, en la provincia de Tarragona. La central está situada en las cercanías del río Ebro y consta de dos reactores Asco I y Asco II. El incidente más grave registrado tuvo lugar en Asco I y aunque principalmente se clasificó dentro del nivel 1 de la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, su gravedad era mayor y se introdujo dentro el grupo de incidentes de nivel 2.
En noviembre de 2007 la central realizó la recarga del combustible necesario para la producción de la fusión nuclear, tras esta operación se realizaron labores de limpieza. Meses más tarde, el 5 de abril de 2008 se informó al Consejo de Seguridad Nuclear del incidente debido a la detección de partículas radiactivas en ciertas zonas de los edificios de la central. Estas partículas habrían llegado a distintos puntos del recinto a través del sistema de filtración y extracción de aire del edificio del reactor que resultase contaminado después de las operaciones de limpiezas mencionadas anteriormente.
El 14 de abril de 2008 se decide elevar el nivel de gravedad del incidente debido al inadecuado control de los materiales radiactivos y a la falta de información suministrada al organismo regulador. Esto produjo la destitución del director de la central y del responsable de protección radiológica.
Unos días más tarde se produjo un segundo incidente clasificado dentro del nivel 1 de la Escala Internacional de Accidentes Nucleares. Se detectó material contaminado por radiación en uno de los camiones que salía de la central a través de uno de los pórticos de seguridad. El personal de seguridad que todavía se encontraba en el recinto analizó las partículas radiactivas y dió parte al Consejo de Seguridad Nuclear.
Los controles de contaminación realizados tanto en las localidades cercanas de Vinebre y Ascó, así como en los más de 1000 trabajadores de la central constataron la ausencia de contaminación radiactiva.
Estos incidentes produjeron una sanción administrativa a la central de más de 15 millones de euros por parte del Ministerio de Industria.