Analizamos las claves de la última temporada dela serie que se puede seguir en Cuatro y ABC

PRECEDENTES

Parece que fue ayer el día que conocimos a Meredith Grey y al resto de internos y residentes del Seattle Grace, ese hospital que se ha convertido ya en uno de esos lugares míticos en la historia de la televisión (como puede ser el Central Perk, Wisteria Lane o Fox River entre tantos otros). A lo largo de tres temporadas y sesenta episodios hemos visto a los personajes que pueblan la serie madurar, sufrir, disfrutar y, sobre todo, amar.

A pesar de sus excelentes datos de audiencia iniciales, Anatomía de Grey no se convirtió de primeras en un boom, tal y como pasó en el caso de Mujeres Desesperadas y Perdidos (las cuales, al reves que la serie de Shonda Rimes, han ido perdiendo impacto y audiencia). Estamos sin duda ante una corredora de fondo.

El fenómeno Grey no estalló por completo hasta el episodio doble emitido tras la Superbowl el pasado año, Es el fin del mundo... tal y cómo lo conocemos, que consiguió con 37,8 millones de espectadores la mejor audiencia de una serie desde el final de Friends.

La segunda temporada de Anatomía de Grey supuso un incremento de calidad sobresaliente respecto a una interesante pero nada extraordinaria primera etapa de la serie, que sirvió para presentar algunos de los conflictos y rasgos principales de los personajes. En la segunda etapa tanto las tramas personales (en la que destaca la maravillosa relación entre Izzie y el añorado enfermo de corazón Denny Duquette) como médicas (inolvidable el episodio en que un chico y una chica desconocidas quedan atrapados después de un accidente de tren). El desenlace (con el montaje de imágenes en el que veíamos a Burke herido de gravedad, Grey dudando entre McDreamy y McVet y a Izzie subiendo en ascensor mientras Denny muere a causa de un ataque) con la sensacional canción Chasing Cars de los Snow Patrol de fondo fue sencillamente memorable. El programa tuvo unas críticas fabulosas, 12 nominaciones a los Emmy (en una edición que vencería la otra favorita, 24) y el Globo de Oro a mejor serie dramática.

LA TERCERA TEMPORADA

La ABC realizó el pasado año una arriesgada apuesta situando a Anatomía de Grey en la noche más competida de Estados Unidos, los jueves, frente a la serie nº 1 de audiencia: C.S.I. Los resultados han sido excelentes, superando casi siempre en espectadores y share a los forenses de Las Vegas. En España, la serie se ha consolidado en Cuatro con audiencias entorno al 12 y 13 %, muy superior al 7,9 que promedia la cadena de Sogecable.

Además, la serie ha estado continuamente presente en los medios de comunicación internacionales, gracias, entre otros a la pelea entre Patrick Dempsey y Isaiah Washington, las negociaciones para renovar y aumentar el sueldo de los actores o las supuestas envidias que provocó queKate Walsh recibiese una serie como protagonista absoluta.

En lo que a calidad se refiere, el listón dejado por la anterior etapa ponía las cosas muy difíciles a la tercera temporada de Anatomía de Grey. A título personal creo que la valoración es más que positiva. Vayamos comentando las principales líneas dramáticas de este año:

La trama de Preston, Cristina (un personaje y una actriz que me ha ido gustando más y más según avanzaba la serie) y el enorme conflicto que se produce entre ellos debido a los temblores que sufre Preston como consecuencia del tiroteo de la temporada anterior. Es memorable el episodio, con voz en off de Sandra Oh, en el que la situación estalla definitivamente. Hasta cierto punto era previsible la cancelación de la boda. Terrible momento en el que Cristina se da cuenta de que Burke se ha ido y tiene que quitarse todo lo que lleva porque siente que se ahoga.

Los guionistas están jugando peligrosamente con Izzie, el personaje con más capas y matices desde el principio de la serie. El drama que ha vivido esta mujer es, a todas luces, excesivo. Hagamos un repaso breve, coged aire: pasó su infancia en un camping de caravanas, Izzie llega al Seattle Grace y es cuestionada por su belleza, Alex la engaña con la enfermera, descubrimos que a los 15 años tuvo una hija que dio en adopción, se enamora de un hombre que necesita un transplante de corazón y acaba muriendo, su hija necesita un trasplante de médula y rechaza conocer a su madre de momento, se enrolla con George y este acaba apostando por su matrimonio con Callie.

¿Fuerte, verdad? Realmente espero que el próximo año le pase algo bueno a Izzie, porque esta mujer ha sufrido más que las mísmísimas Sydney Bristow y Natalia Nadal juntas.

Otro de los temas más interesantes y tratados ha sido la relación entre George y la fantástica Callie. A pesar de los obstáculos iniciales provocados por el conflicto entre Callie y las amigas de George, la relación siguió adelante y se acabaron casando en un casino de Las Vegas. George ha ido ganado interés notablemente gracias al arco argumental relacionado con la muerte de su padre y, sobre todo, el triángulo que formó en los últimos episodios con Callie e Izzie. El giro argumental que supuso la infidelidad de los dos mejor amigos pareció demasiado (incluso para una serie tan culebronera como Grey) pero el sensible y coherente tratamiento han sido fundamentales para el dramático y excelente season finale.

Muchos GreyAdictos han odiado, odian y odiarán a Meredith Grey, algo que personalmente no comparto. Podemos entender el por qué de ciertas actitudes y comportamientos del personaje después de ver e intuir lo que tuvo que pasar siendo educada con una madre tan destructiva y zorra como Ellis Grey.

Este año hemos visto a una Grey que, tras la insistencia de Susan, la esposa de su padre Thatcher, intenta tener una relación más cercana a su padre, al que apenas ha visto desde que ella tenía los 5 años. Una trama de lo más interesante que puede venirse abajo después del error garrafal de matar a Susan. Tal y como le recriminaba Derek, la relación ha ido avanzando a trompicones, teniendo que superar unos obstáculos que habitualmente ponía ella. Geniales los episodios en los que Meredith está al borde de la muerte y en el que vuelve de forma testimonial Denny Duquette (maravilloso momento en el que se reencuentra con Izzie).

Vamos con dos personajes secundarios pero también relevantes como Miranda Bailey y Richard Webber. La primera centró sus líneas dramáticas en la clínica que montó dentro del hospital gracias a la inversión que hizo Izzie con la herencia de Denny. El segundo ganó cierto peso debido a su renuncia al puesto de cirugía, el cual fue fundamental para que su matrimonio con Adele se fuese al traste. Otra de las tramas fundamentales del año derivaba de la anterior: la elección del sucesor a Jefe de Cirugía. Los candidatos (Derek, Preston, Mark y Addison) se enzarzan en una batalla para lograr un puesto que finalmente es para Derek, después del escándalo de Preston –el elegido inicialmente- y sus temblores. Sin embargo, la renuncia de Derek deja en suspense quién ocupará el puesto.

Para el final me dejo a dos personajes tan interesantes como Alex y Addison. Kate Walsh había firmado en un principio por sólo cinco episodios pero después del gran recibimiento por parte de los fans se convirtió en regular. En esta temporada Addison tuvo que enfrentarse al divorcio y a un naufragio de su vida sentimental, después de sus fracasos con Mark y Karev. El personaje, uno de los más carismáticos de la serie, ha conseguido que la ABC apueste por ella como protagonista principal de un spin-off, Private Practice, que debutará en la televisión norteamericana el próximo septiembre.

Y terminamos el repaso de la temporada con Karev... pero ¿qué pasa con él? ¿Por qué es tan incapaz de involucrarse emocionalmente con una persona? Primero con Addison y después con Ava (el Denny Duquette de este año), la Jane Doe que tiene un sensacional arco argumental que empieza en el accidente del ferry, del que sale desfigurada y amnésica.

Este es el resumen principal a los acontecimientos de la tercera temporada, una etapa que ha apostado claramente por las tramas personales en detrimento de tramas médicas con más acción, como sí pasó anteriormente.

EL FUTURO

El season finale dejaba numerosas puertas abiertas. Todo apunta a que el escándalo protagonizado por Isaiah Washington (del que ya hemos hablado muchas veces en la página) acabará con uno de los dos implicados fuera de la serie. Ambos personajes se quedan al borde del precipicio después de la cancelación de la boda de Burke y del suspenso que tiene O’Malley en el exámen de internos. Los rumores apuntan a que T.R. Knight seguirá el año que viene y que Washington ya está buscando trabajo en Nueva York y Los Angeles. Sin embargo, tendremos que esperar unas semanas aún para saber que pasa con George y Preston.

Tampoco se sabe nada de momento sobre el regreso de Elizabeth Reaser, que interpretó durante los últimos ocho capítulos a Ava, para la cuarta temporada de la serie. Sería interesante que lo hiciese... es hora de ver a Karev en una relación de verdad.

Una que definitivamente se va es Kate Walsh, después de que el presidente de la ABC le comunicase en directo en una entrevista en el programa de Ellen DeGeneres que el spin-off Private Pracice con ella como protagonista había salido adelante. Se agradece que el episodio piloto (emitido como parte de la tercera temporada de Grey) tenga un tono completamente alejado de la serie original pero no sabemos hasta qué punto resultará interesante como serie propia. Esperemos que no se carguen un personaje tan carismático como el de Addison Montgomery.

Para acabar este repaso no podemos olvidar la sorpresa en forma de nueva estudiante del programa de cirugía que es Lexi Grey (interpretada por Chyler Leigh, una de las protagonistas de la serie de culto Reunion), la hermanastra de Meredith.

A pesar de lo sucedido en el penúltimo episodio (en el que Lexi entra a Derek en el bar, desconociendo ambos el nexo que tienen con Meredith), dudo mucho que se cree un triángulo amoroso. A priori, Derek no es el tipo de hombre que haría eso.

A priori.

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