Venía precedido de un gran éxito y lo tenía todo para poder salir adelante, pero a pesar de ello el resultado final resultó algo decepcionante.
Durante diez años, Chandler, Ross, Mónica, Phoebe, Rachel y Joey dieron muchas alegrías a la NBC y como era de esperar tras el fin de Friends, no iban a dejar pasar una última oportunidad de explotar la idea, naciendo así el spin off Joey.
Aunque pueda parecer algo sencillo, realizar una serie con un personaje extraído de otra, es bastante arriesgado. Sus mayores puntos a favor y en contra, son el mismo: El público.
Es de lógica, que los espectadores que han seguido varios años a un personaje, le sigan también en su nueva aventura, pero también son los más críticos a la hora de dar un veredicto sobre lo que han visto.
Puede que Joey hubiese tenido éxito si se hubiese planteado como una nueva serie y con otro personaje nuevo, sustituyendo al ya conocido, ya que los espectadores juzgarían la serie desde cero y nunca comparándola con la original.
Este punto y los otros dos que para mí son más importantes, guiones y personajes, ayudaron a que la nueva apuesta se quedase en tan solo dos temporadas, una de las cuales no terminó de emitirse.
No se puede tener un buen spin off dejando todo el peso sobre el personaje principal, por lo que hay que introducir nuevos e importantes personajes secundarios y experimentar por otros caminos argumentales.
¿Por qué funcionó Fraiser?
Porque se rodeó de estupendos personajes secundarios que igualaban e incluso superaban en ocasiones al principal y se supo llevar al personaje a otros terrenos.
¿Por qué no funcionó Joey?
Ya habíamos visto durante diez años, al personaje yendo de audición en audición perdiendo papeles, haciendo el tonto y ligando con mujeres, por lo que era hora de verle desenvolverse en una nueva vida, cosa que no vimos porque cada capítulo y aparición suya no era más que un refrito de lo que ya habíamos visto antes.
En el resto de personajes, tampoco teníamos donde agarrarnos ya que eran pocos y en general, faltos de carisma.
Joey sin un Chandler que le tome el pelo, o una Phoebe que le aplauda sus ocurrencias, estaba huérfano y desafortunadamente no cuajaba bien con los nuevos personajes.
Por un lado estaba su sobrino Michael, una mezcla entre Ross y Chandler, con el que no había química y que no llegaba a la altura de los anteriores, también teníamos a Alex, que era una Mónica light, fanática de las normas que no agradó al público y finalmente a Gina, su hermana y la única capaz de darle réplica al bueno de Joey con buenas salidas y golpes de humor.
Personalmente solo he visto la primera temporada y aunque tiene buenos momentos y es bastante correcta, ensucia un poco el buen nombre de Friends, que se caracterizó por personajes con los que nos podíamos identificar y con chistes y comentarios bien logrados.
Como ya he dicho antes, puede que si se tratase de una serie más, se la hubiese tratado con menos dureza y buscado menos los fallos, para ejemplo Dos hombres y medio, pero siendo el legado de una gran serie y teniendo al mismo equipo detrás, se le puede echar en cara el no haberse arriesgado un poco más.
